Relación entre los envases de plástico y el despilfarro de comida

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Tirar comida muchas veces no es tanto un hábito a deshacer sino una consecuencia del packaging del alimento, y es que muchos envases —aunque puedan resultar agradables a la vista, prácticos de almacenar o aparentemente funcionales— suponen una inadecuada adaptación a la necesidad de consumo que acaba resultando en el desperdicio del alimento. Las tremendas cantidades de producto y comida que acaba en los contenedores y vertederos es tan excesiva como escalofriante si se piensa en todas las personas que podrían alimentarse con esos kilos y kilos de producto desperdiciado.

Packaging orientado al consumidor

Los envases de plástico suelen ser unos de los protagonistas en este acto de despilfarro, pues muchos no sólo no están adaptados a una necesidad real, sino que su forma o su material no permiten un verdadero aprovechamiento de lo que contiene. Esto se ve muchas veces reflejado en el uso de packaging más centrados en una visión de marketing y venta del producto que realmente orientados al consumidor y sus hábitos.

Envases termoconformados

Una de las opciones más solventes y sin ningún coste para este problema excesivo son los envases termoconformados, y es que no solo permiten abaratar el coste de producción al tecnificar el proceso, sino que es perfectamente compatible y adaptable a la automatización del proceso de embalaje, añadiendo un punto de flexibilidad en el diseño del envase por la versatilidad del material.

Un coste de producción bajo permite una mayor adquisición del producto por parte de las empresas comerciales y puntos de venta así como su consecuente venta al consumidor. Esto permite mejorar, por ejemplo, la venta de productos frescos al ofrecerlos empaquetados de una manera que se adapte a las necesidades de las personas que lo consumen, permitiendo que estos no renuncien a ello o acaben tirando las sobras que no han podido consumir, y evitando tirar a la basura por parte del comercio piezas que pueden resultar excesivas para el consumidor y que por ello decida no adquirir.

Se demuestra así que ya no es solo una opción alternativa a los envases de tamaño tradicional, sino que además es una opción para envasar productos frescos que por su gran tamaño no se aprovechaban lo suficiente en envases de tamaño estándar.

El mercado de los envases termoconformados potencia un consumo de alimentos de forma responsable y elimina esa ingente cantidad de desperdicio de producto no consumido.

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